miércoles, 16 de enero de 2008

Hospital del Norte...¿Privado?

El próximo mes de febrero, en plena campaña electoral, se abrirá el Hospital del Norte de San Sebastián de los Reyes, una buena noticia que se torna en decepción cuando se profundiza en las condiciones en que se prestarán los servicios sanitarios, los numerosos servicios clínicos que se privatizarán y el modelo de gestión elegido que piensa en el Hospital como si fuera una fábrica que tiene que dar beneficios, y no como un pilar fundamental del estado del bienestar.

El suelo, propiedad de los ciudadanos y ciudadanas de San Sebastián de los Reyes, se cedió para un Hospital público... Pero, ¿Es realmente público el Hospital que se va a abrir el mes que viene?

Lo cierto es que no nos sorprende esta tendencia a la privatización de Esperanza Aguirre y el PP. Nunca han defendido un modelo de estado intervencionista y regulador, que cobre más impuestos a los ricos para prestar servicios universales de calidad como los de educación o sanidad.

Eso sí, en publicidad no tienen ningún reparo en gastarse 169 millones de Euros al año. A esto, hay que sumar los gastos encubiertos, como en el caso de los hospitales, cuya publicidad ha sido costeada íntegramente por las empresas concesionarias.

Con tanta publicidad nos han contado las bondades, pero, ¿Cuáles son las dudas sobre los nuevos hospitales? Trataré de reseñar las más importantes:

- Modelo de gestión mixto público – privado: Inicialmente la Comunidad de Madrid no se ha gastado NI UN EURO en la construcción de los Hospitales. Son las empresas concesionarias -en el caso de San Sebastián de los Reyes, Acciona- las que construyen el hospital. Una vez finalizado, la Comunidad paga un Canon a dicha empresa para amortizar los gastos, 18 millones de Euros al año en el caso del Hospital del Norte. Además le deja a la empresa adjudicataria la explotación de servicios no sanitarios como son el parking, la cafetería, las tiendas, etc.

Este modelo, que puede parecer en un principio ventajoso porque no hay que hacer un desembolso inicial, a la larga resulta mucho más costoso: Dentro de 30 años la CAM habrá pagado a la concesionaria 5 veces lo que vale construir el Hospital. Eso, en el mejor de los casos. En los peores, como en Coslada, la Comunidad de Madrid lleva pagando 6 meses el Canon y el Hospital sigue cerrado.

La propia Organización Mundial de la Salud advierte de que estos modelos sanitarios mixtos, puestos en marcha en varios países de corte neoliberal, prestan peores servicios a la ciudadanía y son a la larga mucho más caros para las arcas públicas.

Uno de los principales problemas del modelo impuesto por el PP de Madrid es que determinados servicios muy vinculados con la atención sanitaria, como son los de celadores o cocina clínica (dietas de pacientes) serán por cuenta de la concesionaria. Esto complica las relaciones entre el personal, que responde a jefes distintos -los médicos ante la CAM y los celadores ante Acciona- y reduce la calidad de dichos servicios: La empresa afortunada primará la rentabilidad económica a la calidad sanitaria.

- Cada Hospital será una empresa pública: La gestión sanitaria también pretende llevarse como una empresa, los nuevos hospitales tendrán gerente y consejo de administración, y se fijarán objetivos económicos. Este modelo de gestión ya está funcionando en varios hospitales de Madrid: Las directrices marcadas al equipo médico han sido firmar el alta cuanto antes, utilizar el menor número de medicamentos por su alto coste, disminuir las pruebas al mínimo imprescindible o limitar el número de enfermeros en las operaciones, entre otras. En definitiva abaratar costes, aunque sea a costa de reducir la calidad del servicio.

Este modelo recorta las condiciones laborales que tiene el personal –doctores/as y enfermeros/as- por pertenecer a un área sanitaria tan amplia como es el área 5 de Madrid. De esta manera los mejores profesionales de la sanidad pública preferirán ejercer en La Paz o en el Ramón y Cajal, a hacerlo en el Hospital del Norte.

- Se privatizan determinados servicios clínicos fundamentales: Los nuevos hospitales no tendrán laboratorios, ni especialistas en Análisis Clínicos, Microbiología, Inmunología y Bioquímica. Estos servicios serán privatizados y será una empresa externa la que se encargue de los análisis de laboratorio. Lo que sin duda es una clara reducción de la calidad de los servicios prestados, ya que las muestras deberán ser transportadas al laboratorio exterior con el consiguiente riesgo y coste de tiempo. Supone una desvinculación entre los profesionales que están tratando a un paciente.

Imposible no volver a mencionar la calidad de los análisis al realizaros una empresa cuyo principal objetivo es el económico. Los técnicos en laboratorio también verán mermadas sus condiciones laborales frente a los puestos de los hospitales públicos, por lo que de nuevo, los mejores especialistas no serán los que presten servicio al Hospital del Norte.

- No se ha contratado un solo médico: Para dotar a los nuevos hospitales, incluido el del Norte, no se ha incrementada la plantilla sanitaria en la Comunidad de Madrid. La CAM no ha contratado a un solo doctor, doctora, enfermero o enfermera, ha reubicado los ya existentes en nuestra región. Ello supone que aun teniendo más espacio, el capital humano y por tanto la parte fundamental de la atención sanitaria, no mejorará. Esperanza Aguirre ya ha anunciado que con la reducción de la plantilla de Hospitales como la Paz o el Gregorio Marañón, se podrán cerrar varios edificios para proceder a su remodelación “a coste cero”, es decir, con la fórmula mixta pública-privada de los nuevos hospitales.

En definitiva, lo que debería haber sido una gran noticia para todos los vecinos y vecinas del Norte de Madrid, se ha convertido en una gran noticia sólo para los constructores, empresarios, y aquellos políticos que convierten en negocio un servicio público, y una decepción para los que esperábamos que el nuevo hospital viniese a mejorar la saturada sanidad madrileña.

A pesar de que los ejemplos del Reino Unido, Canadá, Australia o Estados Unidos demuestran que la privatización de la sanidad es sinónimo de encarecimiento, despilfarro y mal servicio público; a pesar de que la Organización Mundial de la Salud advierte de lo negativo de los modelos mixtos; a pesar de que Health Consumer Powerhouse -la principal organización europea dedicada al suministro de información sanitaria- advierte de la excesiva dependencia del sistema sanitario español en los centros privados… A pesar de todo esto, Esperanza Aguirre ha preferido el negocio al servicio, el pelotazo al estado del bienestar y ha optado por un modelo privatizador que se agrava con el reciente anuncio de que los próximos cuatro hospitales de Madrid, serán directamente, privados.