lunes, 24 de septiembre de 2007

Adios Dani


(En Sanse, su pueblo y el mío,
se me ha muerto como del rayo
Daniel Rodríguez,
a quien tanto quería.)


Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.


(Miguel Hernández)

Te has ido Dani, que no te has muerto, te has ido pero nos lo has entregado todo, tu fuerza, tu voluntad, tu sentido del humor, tus ganas de vivir, de vivir siempre luchando, luchando por los demás. No te has muerto porque sigues con nosotros, porque de ti hemos aprendido y como tú seguiremos peleando, en el partido, en tu Carranza, en los colegios, en el trabajo, en la calle. Como tú seguiremos haciendo de Sanse un lugar más humano, un lugar más justo. Toda tu vida luchaste en batallas de guerras que sabías no se podían ganar, al lado de los más débiles, de los trabajadores, al lado del pueblo, Y es que la vida no es sino una guerra perdida de antemano, en la que sólo nos queda el lujo de ganar batallas, y tú lo sabías muy bien, por eso eras el más fuerte, el que primero se levantaba de los golpes. Ahora nos toca a nosotros demostrar que hemos aprendido de ti, tenemos que levantarnos del golpe más duro, de este manotazo helado, ahora nos toca aprender a vivir solos, hacernos a la idea de que te has ido y seguir luchando como tú lo hacías. Tendremos que hacerlo entre muchos, entre todos, y si lo conseguimos, entonces no te habrás muerto, porque seguirás con nosotros mientras sigamos tu valioso ejemplo. Adiós Compañero. Adios Amigo.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

El lento camino hacia la destrucción de la educación pública

Una educación gratuita, de calidad, igualitaria e integradora es, no solo un derecho recogido en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino también, en el primer mundo, claro, un logro real equiparable a los obtenidos en materia de derechos de los trabajadores o igualdad entre hombres y mujeres.

Sin embargo, este logro que tanto esfuerzo ha costado va camino de convertirse en la Comunidad de Madrid en un recuerdo del pasado, una mera formalidad en un papel como ya ocurre con otros derechos fundamentales como el derecho al trabajo o a una vivienda digna.

Y es que a la derecha no le gusta eso de que a todos se les eduque por igual, y mucho menos juntos, la derecha siempre ha defendido un modelo educativo segregador y clasista, en el que a los niños ricos se les eduque como a ricos, en colegios, por supuesto religiosos, para ricos, con ricas infraestructuras pagadas por los ricos bolsillos de sus padres, y a los niños pobres en colegios para pobres, entre pobres y con lo justo para que aprendan cuanto antes a ser masa productora.

Hasta hoy este modelo sólo era un deseo oculto de una clase privilegiada que tenía que aguantarse con otro de esos molestos derechos humanos que hablan de tolerancia, integración y demás cosas de hippies. Por suerte para ellos siempre estaban ahí los colegios privados en los que sus hijos se libraban de juntarse con la chusma.

Sin embargo la política educativa de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid se ha quitado la máscara. Para la presidenta la escuela pública es un nido de rojos y ateos, en la que lobotimzan a los niños para que sean… ¡ciudadanos!, un gasto innecesario y un recurso a eliminar, eso si, poco a poco para poder seguir presumiendo de centrista.

¿Cómo se destruye la escuela pública poco a poco? Muy sencillo, hay una serie de acciones básicas que permiten desprestigiarla y derivar a los alumnos hacia la privada, veamos algunos:

  • Reduciendo el presupuesto para educación, la Comunidad de Madrid es, con diferencia, la que menos gasta en educación de toda España, tan sólo un 2,7% del PIB frente al 4,4 de media nacional. Además cada año el presupuesto para educación es menor.
  • Cediendo suelo público para colegios privados, más de 40 en la última legislatura, con la ayuda inestimable de los alcaldes del PP regional. Entre los adjudicatarios la mayoría son religiosos, algunos incluso fundamentalistas como los legionarios de cristo rey o el opus dei.
  • Construyendo colegios concertados antes que colegios públicos, de esta manera los vecinos de los nuevos barrios no tienen más remedio que llevar a sus hijos a colegios privados.
  • Invirtiendo más en colegios concertados que en arreglar y mejorar los colegios públicos, de esta manera los colegios privados tendrán mejores infraestructuras y servicios, mientras que los públicos se van degradando poco a poco por el escaso mantenimiento.
  • Subvencionando el negocio de la educación privada a través de cheques escolares en lugar de invertir en el servicio público de la educación pública.
  • Mirando para otro lado ante la segregación de alumnos que se produce en los colegios concertados, 8 de cada 10 alumnos extranjeros o con necesidades educativas especiales van a la escuela pública, creando focos de marginalidad ya desde niños al provocar unas necesidades de atención que no son resueltas, intencionadamente, por la CAM.
  • Eliminando recursos de las escuelas públicas, tanto personales, por ejemplo el profesor de apoyo en Educación Infantil al que se comprometió Esperanza Aguirre en 2005 y que nunca llegó, como materiales. Un dato, en Madrid son 300 las aulas adaptadas, es decir, aulas que antes eran comedores, gimnasios o aulas de música que han sido eliminadas para convertirlas en clases y masificar aún más las escuelas públicas.

De esta manera la CAM está consiguiendo su objetivo, degradar y desprestigiar la escuela pública, crear la imagen de gueto en la que los alumnos con necesidades educativas retrasan la educación del resto, una imagen de escuelas masificadas sin recursos en las que, a pesar de la calidad del profesorado, superior a la de los colegios privados, los niños “se quedan atrás”, una imagen que persigue, en resumen convertirla en un lastre del que deshacerse o trasnsformarla en un recurso meramente asistencial para gente que no tiene (ni tendrá) dinero para aspirar a algo mejor.

Mientras la escuela privada acapararía el grueso de la carga educativa para conseguir sus dos objetivos, que son los de Esperanza Aguirre, adoctrinar desde una educación religiosa conservadora y ganar dinero desde la concepción de la escuela como negocio y no como servicio público.

El gran problema de todo esto es que la educación es la base de la sociedad, una educación pública, libre y gratuita, tolerante e integradora crea sociedades libres, tolerantes e integradoras, una educación, como la que está implantando Esperanza Aguirre en Madrid crea sociedades segregadoras, intolerantes, y clasistas para con los guetos que esa misma educación y esa misma sociedad crea.

Eso si, guetos pero que no se note, por eso la última ocurrencia de Esperanza Aguirre es pedir uniformes para las escuelas públicas, porque aunque son para pobres, por lo menos que huelan como los ricos.