miércoles, 12 de septiembre de 2007

El lento camino hacia la destrucción de la educación pública

Una educación gratuita, de calidad, igualitaria e integradora es, no solo un derecho recogido en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino también, en el primer mundo, claro, un logro real equiparable a los obtenidos en materia de derechos de los trabajadores o igualdad entre hombres y mujeres.

Sin embargo, este logro que tanto esfuerzo ha costado va camino de convertirse en la Comunidad de Madrid en un recuerdo del pasado, una mera formalidad en un papel como ya ocurre con otros derechos fundamentales como el derecho al trabajo o a una vivienda digna.

Y es que a la derecha no le gusta eso de que a todos se les eduque por igual, y mucho menos juntos, la derecha siempre ha defendido un modelo educativo segregador y clasista, en el que a los niños ricos se les eduque como a ricos, en colegios, por supuesto religiosos, para ricos, con ricas infraestructuras pagadas por los ricos bolsillos de sus padres, y a los niños pobres en colegios para pobres, entre pobres y con lo justo para que aprendan cuanto antes a ser masa productora.

Hasta hoy este modelo sólo era un deseo oculto de una clase privilegiada que tenía que aguantarse con otro de esos molestos derechos humanos que hablan de tolerancia, integración y demás cosas de hippies. Por suerte para ellos siempre estaban ahí los colegios privados en los que sus hijos se libraban de juntarse con la chusma.

Sin embargo la política educativa de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid se ha quitado la máscara. Para la presidenta la escuela pública es un nido de rojos y ateos, en la que lobotimzan a los niños para que sean… ¡ciudadanos!, un gasto innecesario y un recurso a eliminar, eso si, poco a poco para poder seguir presumiendo de centrista.

¿Cómo se destruye la escuela pública poco a poco? Muy sencillo, hay una serie de acciones básicas que permiten desprestigiarla y derivar a los alumnos hacia la privada, veamos algunos:

  • Reduciendo el presupuesto para educación, la Comunidad de Madrid es, con diferencia, la que menos gasta en educación de toda España, tan sólo un 2,7% del PIB frente al 4,4 de media nacional. Además cada año el presupuesto para educación es menor.
  • Cediendo suelo público para colegios privados, más de 40 en la última legislatura, con la ayuda inestimable de los alcaldes del PP regional. Entre los adjudicatarios la mayoría son religiosos, algunos incluso fundamentalistas como los legionarios de cristo rey o el opus dei.
  • Construyendo colegios concertados antes que colegios públicos, de esta manera los vecinos de los nuevos barrios no tienen más remedio que llevar a sus hijos a colegios privados.
  • Invirtiendo más en colegios concertados que en arreglar y mejorar los colegios públicos, de esta manera los colegios privados tendrán mejores infraestructuras y servicios, mientras que los públicos se van degradando poco a poco por el escaso mantenimiento.
  • Subvencionando el negocio de la educación privada a través de cheques escolares en lugar de invertir en el servicio público de la educación pública.
  • Mirando para otro lado ante la segregación de alumnos que se produce en los colegios concertados, 8 de cada 10 alumnos extranjeros o con necesidades educativas especiales van a la escuela pública, creando focos de marginalidad ya desde niños al provocar unas necesidades de atención que no son resueltas, intencionadamente, por la CAM.
  • Eliminando recursos de las escuelas públicas, tanto personales, por ejemplo el profesor de apoyo en Educación Infantil al que se comprometió Esperanza Aguirre en 2005 y que nunca llegó, como materiales. Un dato, en Madrid son 300 las aulas adaptadas, es decir, aulas que antes eran comedores, gimnasios o aulas de música que han sido eliminadas para convertirlas en clases y masificar aún más las escuelas públicas.

De esta manera la CAM está consiguiendo su objetivo, degradar y desprestigiar la escuela pública, crear la imagen de gueto en la que los alumnos con necesidades educativas retrasan la educación del resto, una imagen de escuelas masificadas sin recursos en las que, a pesar de la calidad del profesorado, superior a la de los colegios privados, los niños “se quedan atrás”, una imagen que persigue, en resumen convertirla en un lastre del que deshacerse o trasnsformarla en un recurso meramente asistencial para gente que no tiene (ni tendrá) dinero para aspirar a algo mejor.

Mientras la escuela privada acapararía el grueso de la carga educativa para conseguir sus dos objetivos, que son los de Esperanza Aguirre, adoctrinar desde una educación religiosa conservadora y ganar dinero desde la concepción de la escuela como negocio y no como servicio público.

El gran problema de todo esto es que la educación es la base de la sociedad, una educación pública, libre y gratuita, tolerante e integradora crea sociedades libres, tolerantes e integradoras, una educación, como la que está implantando Esperanza Aguirre en Madrid crea sociedades segregadoras, intolerantes, y clasistas para con los guetos que esa misma educación y esa misma sociedad crea.

Eso si, guetos pero que no se note, por eso la última ocurrencia de Esperanza Aguirre es pedir uniformes para las escuelas públicas, porque aunque son para pobres, por lo menos que huelan como los ricos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días Rubén, quisiera hacer un breve comentario sobre tu artículo, siempre desde el respeto y la simpatia que te proceso y la gratitud por tu gran labor al frente de la concejalía de urbanismo en estos buenos años vividos en San Sebastian de los Reyes con un gobierno distinto al que ahora nos toca sufrir.
Aunque estoy de acuerdo contigo en algunos de los puntos que destacas, me gustaría que me explicaras por qué es más positiva la inversión pública en infraestructura de un colegio que no una inversión privada, como es el caso de algunas cooperativas de maestros que juntan un capital para arriesgarese a autogestionar un centro que ellos mismos encargan construir. Esa carga de infraestructura no recae de ese modo en la administración pública, y dando un concierto el Estado se asegura el control educativo de lo que allí se imparta impidiendo el partidismo sectario. Coincido contigo en la no aceptación de la escuela privada sectaria de la iglesia, o de élite, pero ¿por qué no una autogestión y la promoción del autoempleo privado? ¿es necesario que el Estado soporte una serie de gastos que pueden ser amortizados por la empresa privada?
Creo que vivimos en España una tendencia a mitificar lo que huele a funcinariado, y hablo desde la izquierda, cosa que no tiene por que ser algo positivo, máxime cuando encontramos que el sector público es el que peores resultados ofrece (no me refiero ahora a educación).
Me gustaria que reflexionaramos sobre el papel que debe jugar el Estado, no necesariamente ha de ser el proveedor de maná del pueblo, pues considero que este pueblo ya es adulto para crear su propia economia productiva y no esperar que la administración nos provea de puestos de trabajo. Es un tanto sintomático que en España se vea como positivo el aprobar una oposición y "tener la vida resuelta" para poder hacer en nuestra jornada laboral lo mínimo posible, mientras que en el ámbito privado se persiguen objetivos y existe presión por la realización de las tareas de forma correcta y efectiva, cosa que no parece existir en lo público donde la desidia se instala y se reproduce. En mi opinión, cuando uno es dueño de su trabajo se esfuerza, cuando "papa" Estado provee es más sencillo relajarse y dejar pasar el tiempo hasta la siguiente nómina, siempre salvando a honrosas excepciones, personas que poseen motivación interna por su tareas y trabajo, pero creeme que por mí experiencia en el sector público son los mínimos. La gran mayoría vive esclavizado pensando en como juntar los moscosos o que su salario es bajo para la "gran" carga de trabajo que tienen. Eso es algo que se percibe en la sociedad, existe pérdida de confianza en lo público, en los asalariados por el Ministerio, tras años esperando en una cola en la que una persona te trata mal y tarde, se extiende la imagen a la educación, junto con la problemática que ahora tenemos en educación (pérdida de autoridad de los docentes, bajo control de las familias de los niños y adolescentes,...), que nada tiene que ver con lo expuesto aquí, nos lleva a una huida siempre que se puede hacia la educación concertada.
Pensemos que pasa cuando a una persona de derechas le preguntan donde les gustaría llevar a su hijo, te dirán que a un privado elitista o religioso, tienen a mantener "status" claro, pero lo alarmante está en la gente que se identifica con la izquierda, estos te dirán que a un concertado siempre que puedan evitar un público, ¿por qué?
No pretendo que nadie se sienta herido, unicamente que se reflexione un poquito, y que todos caminemos por caminos sociales más productivos.

Rubén Holguera dijo...

Respuesta a tuf.

Buenos días.

En primer lugar quisiera agradecerte las palabras de agradecimiento, como imaginarás no son comunes hacia un concejal (ahora exconcejal) de urbanismo.

Sobre lo que comentas estoy bastante de acuerdo, y no creo que sea incompatible con lo que escribo en el artículo.

En primer lugar cuando hablo de inversión pública en colegios públicos o privados me refiero siempre a dinero público, evidentemente no tengo nada que comentar ni criticar a las inversiones, que con su propio dinero, hagan los colegios privados o concertados. En concreto comparaba el dinero para conciertos con el dinero para infraestructuras públicas.

La fórmula de la cooperativa de profesores es sin duda una manera muy positiva de poner en marcha un proyecto educativo social y colectivo, y la administración debe apoyarlo y fomentarlo. El problema es que en Madrid los conciertos con cooperativas de profesores sólo suponen el 12%. El otro 88% son conciertos con empresas o instituciones religiosas, donde el fin no es el proyecto educativo, como puede ser en el caso de cooperativas, sino el resultado económico o el proyecto religioso.

Sobre el papel que debe jugar el estado es muy cierto que un estado sobreprotector anula la iniciativa y anquilosa los engranajes, pero cuando de educación pública se trata ese liberalismo que puede ahorrar costes es una carga de profundidad en la propia base de la sociedad. En este caso lo que hay que hacer es buscar las soluciones dentro, no fuera, agilizar y potenciar los sistemas de control y reciclaje del personal, incremento de los fondos para atención a la diversidad, aumento de las inversiones y apuesta decidida por recuperar la imagen que se merece la escuela pública (los problemas que mencionas no son muy distintos en las escuelas privadas, donde tampoco hay mucha motivación entre unos profesores que cobran menos y son despedidos en julio para ser contratados en septiembre) porque nunca el ámbito privado tendrá como objetivo único la educación de una sociedad o la integración de los que vienen nuevos o se estan quedando atrás.

Por eso estoy de acuerdo en que la iniciativa privada es muy útil en la dinamización d la sociedad y en la creación del tejido productivo, pero dudo de su validez en la educación de esa sociedad y el la creación de ciudadanos, como mucho trabajadores.

Para finalizar, y al hilo de tu comentario final, precisamente mi artículo pretende ser una reflexión sobre porqué se ha perdido la confianza en lo público (en Madrid, en el resto de Comunidades, incluidas las del PP, la escuela pública mantiene una imagen de calidad y servicio público que se refleja en las peticiones de matriculación frente a la privada) y también para qué se ha, a mi entender, promovido esa devaluación de la escuela pública madrileña desde la administración autonómica.

Un saludo.

Rubén.