martes, 25 de mayo de 2010

Especulación en Haití: El fracaso de la solidaridad

Recientemente he tenido el privilegio de estar en Haití, y comprobar de primera mano las terribles consecuencias del terremoto del 12 de enero en el que, según el último recuento, murieron más de 300.000 personas.

Ha sido la mayor catástrofe natural de la historia de la humanidad, nunca un desastre había causado un número tan elevado de víctimas. Tal vez, quizás por eso la respuesta del mundo estuvo a la altura: administraciones, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales y personas particulares quisieron poner su granito de arena para ayudar al pueblo haitiano. Millones de euros fueron donados en las cuentas de las ONGs, ciento cincuenta países participaron en la conferencia de donantes y el compromiso internacional superó los 5 mil millones de euros en los primeros meses.

De esta manera llegué a Puerto Príncipe esperando encontrarme una ciudad destrozada, pero en pleno proceso de reconstrucción. Lo primero fue cierto, lo segundo, por desgracia, no.

Cuatro meses después del terremoto la situación en el terreno ha cambiado poco o nada. La población vive en campos de refugiados compuestos por tiendas de campaña, en muchos casos de dudosa calidad que se apiñan en cualquier espacio libre, parque o rotonda; el acceso a agua potable es una odisea; los edificios destruidos siguen ahí, muchos mantienen, con toda seguridad, cadáveres entre sus escombros y en los que están gravemente dañados y en riesgo de caerse en cualquier momento ni se han demolido no se ha puesto siquiera una cinta que avise del peligro de caminar por su lado. Sólo las carreteras han sido limpiadas de los movimientos de tierra, y los servicios básicos para la supervivencia (comida y atención médica) están siendo prestados en los campos de refugiados a través de la ONU, los ejércitos y las ONGs.

En 5 días sólo vi 4 escavadoras, tres en la carretera que va a Jacmel y una en el palacio presidencial en la capital, las cuatro paradas, y las escasas tareas de desescombro que pude observar eran llevadas a cabo por cuadrillas que trabajaban a mano, echando cascotes a un camión.

¿Dónde está todo el dinero donado? ¿Qué están haciendo el gobierno haitiano, las ONGs internacionales y los países donantes?

Aparentemente el primero está preso de su propia incapacidad, a pesar del intento de dar una imagen de seguridad jurídica y democrática, la realidad es que poco o nada se ha avanzado en el camino de la reconstrucción. La principal razón, el interés de las familias poderosas de Haití por aprovechar la llegada de dinero internacional.

La economía de mercado dice que a mayor demanda, mayor precio, y parece que los propietarios de las tierras, pocos y de dudosa procedencia, como en cualquier país que ha sufrido décadas de dictadura, quieren hacer negocio con la solidaridad internacional, quieren hacerse (más) ricos a costa de la desgracia ajena, y como propietarios de los pocos recursos que tiene el país los están vendiendo a precio de oro a las instituciones que quieren ayudar al pueblo haitiano. Está pasando con los vehículos, equipamientos, comunicaciones, gasolina, y, sobretodo, con los solares para la reconstrucción.

Para muestra un botón: la construcción de un Hospital por parte de la cooperación española en la capital de Haití se está convirtiendo en una odisea pues los propietarios de los terrenos piden 40 millones de euros por el solar.

En estas situaciones es donde un gobierno fuerte, con capacidad de intervención, puede poner el interés general por delante de los intereses especulativos de unos pocos. ¿Pero que pasa cuando el gobierno es débil y además dependiente de esos pocos? Que los hospitales no se construyen, y si lo hacen es dejándose mucho dinero en manos de especuladores, dinero que ha sido donado por ciudadanos que querían ayudar a reconstruir Haití, no a engordar las cuentas corrientes de unos pocos aprovechados.

Las ONGs hacen lo que pueden. Ya han repartido todas las tiendas posibles, kits de salud, alimentos y medicamentos, pero ¿hasta cuando se puede sostener esta situación?

El pueblo haitiano ha demostrado una capacidad de superación muy grande, pero eso no quiere decir que sea un pueblo resignado. El descontento es generalizado en los campos de refugiados donde temen la llegada de la época de huracanes. Una tormenta tropical y cientos de miles de personas viviendo en tiendas de campaña puede ser una combinación catastrófica. La población no permanecería callada, la primera catástrofe era impredecible, la segunda no.

La comunidad internacional empieza poco a poco a olvidar el drama de Haití, las noticias ya no hablan de este pequeño país del caribe, el más pobre de América. No hay intereses estratégicos ni recursos naturales que mantengan el interés por Haití, los efectivos militares son retirados poco a poco, el dinero para la reconstrucción en teoría está, pero no se sabe como invertirlo y el pueblo haitiano se queda, de nuevo, solo con su desgracia.

No quiero dar una imagen pesimista, hay una oportunidad de reconstruir Haití, de que los supervivientes del terremoto tengan un futuro mejor incluso que el que tenían antes del 12 de enero, pero para eso no debemos olvidarnos del desastre humanitario que todavía existe, la comunidad internacional debe forzar al gobierno haitiano para que tome las decisiones necesarias y la reconstrucción pueda empezar, y el pueblo haitiano debe exigir que sus dirigentes velen por los intereses de todos, y no cedan ante las presiones de cuatro familias especuladoras.

viernes, 26 de marzo de 2010

Invisibilizar a la Mujer

Cuando llega el 8 de marzo, día internacional de la mujer, todos nos llevamos las manos a la cabeza al ver que la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo muy alta, que pese a ser mayoría en la Universidad no acceden a puestos de dirección, que los maltratos y asesinatos siguen estando a la orden del día, y proliferando entre los más jóvenes, que las tareas domésticas siguen en manos de las mujeres y que lo mismo ocurre con el cuidado de los hijos e hijas.

Pero cuando llega el 9 de marzo, gran parte de los que se daban golpes en el pecho el día anterior vuelven a mirar para otro lado, a invisibilizar sistemáticamente a la mujer y sus problemas, a despreciar cualquier intento en la búsqueda de la igualdad y a poner esa Igualdad en la cola de las prioridades las políticas por mejorar la situación de más de la mitad de la población.

En esta lamentable muestra de hipocresía, el gran maestro es el PP, además por boca de sus mujeres que precisamente por serlo tienen menos problemas en mostrar públicamente la verdadera cara de su partido en lo que a género se refiere.

Veámoslo con ejemplos:

Pocos días antes del 8 de marzo, la Secretaria General del PP decía que las mujeres “quieren algo más que un Ministerio de la Igualdad para hacer una ley del aborto,[…] lo que quieren es emanciparse, tener un puesto de trabajo y acceder a una vivienda”. Con la primera afirmación se desprecia la lucha de miles de mujeres de varias generaciones que a lo largo de muchos años pelearon por se dueñas de su cuerpo y poder decidir libremente qué hacer con él. El aborto es un derecho de la mujer largamente peleado, que ni siquiera el PP fue capaz de quitar cuando gobernaba. Con la segunda afirmación, con la que hasta se puede estar de acuerdo, esconde la permanente intención del PP por invisibilizar los problemas específicos de las mujeres, que como hemos visto en el primer párrafo, siguen existiendo y son muy graves. Claro que las mujeres quieren trabajar y emanciparse, igual que los hombres. Al centrar la problemática de la mujer únicamente en los problemas comunes con los hombres, lo que se busca es el invisibilizar las necesidades específicas del cincuenta por ciento de la población.

El día 13, Ana Pastor, coordinadora de Participación Social del Partido Popular, anunciaba que cuando se ganasen las elecciones se eliminaría el Ministerio de Igualdad pero se promovería la creación de un Ministerio de la Familia. Por supuesto de la familia heterosexual compuesta por un hombre y una mujer y afrontar desde ahí las políticas de mujer. Esta apuesta de los populares es clásica en su línea de concebir los problemas de la mujer como exclusivos del entorno familiar, es decir, del entorno privado. Para el PP es más importante la faceta de madre o esposa de la mujer y sus obligaciones y relaciones con el esposo o con los hijos e hijas, que su propia condición de persona y su relación de mujer con el resto. El PP no concibe la mujer fuera del ámbito familiar.

Y dos días después la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha vuelto a arremeter contra el Ministerio de Igualdad llamándolo ministerio de 'Igual-Da'. Con estas expresiones la Sra. Aguirre demuestra su desinterés por la igualdad entre hombres y mujeres, algo que, según parece, le da igual. El constante ataque al ministerio de Igualdad es una muestra clara de cómo la lucha por avanzar en un mundo más justo es algo que escuece a los sectores más rancios del país. El ministerio de Igualdad se gastará este año 77 millones de euros, la mitad en políticas contra la violencia hacia las mujeres, algo que a Esperanza Aguirre, le parece tirar el dinero.

Es curioso que la fiebre ahorradora del PP siempre se dirija contra el Ministerio de Igualdad y sus escasos 77 millones de presupuesto, nunca contra el de Ministerio de Defensa, por ejemplo, que gastará en 2010 7.357 millones de euros, casi 100 veces más. A esto hay que sumar más de 6.000 millones de euros que dependen de otras administraciones pero que están también vinculados a defensa (I+D militar, organismos autónomos, OTAN, etc.).

A gran parte del PP, al igual que al Patriarcado que rige las leyes morales de los sectores católicos y conservadores, les molesta enormemente que se tambaleen los pilares de su sociedad. Pero como no pueden decir que en realidad no quieren la igualdad, que en realidad se sienten más cómodos en una sociedad donde está definido el papel de la mujer (sumisa en casa, cuidando a hijos, abuelos y al marido) y del hombre (luchador en el trabajo, ganando el dinero para mantener a la familia), afrontan su rebelión contra la igualdad despreciando a quienes siguen allanando el camino de las mujeres para que puedan tener lo que por justicia, les corresponde.

La Ley integral contra la Violencia de Género, la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, incluso la Ley de Dependencia, la asignatura de Educación para la Ciudadanía o la existencia de un Ministerio de Igualdad son pasos hacia un mundo más justo, libre e igualitario. Son pasos, insuficientes pero necesarios y aquellos que los critican demuestran con sus hechos que en el fondo no se creen las palabras que sólo pronuncian una vez al año, el 8 de marzo, día internacional de la mujer.

lunes, 22 de febrero de 2010

¿Crisis del Capitalismo?

La crisis económica que estamos sufriendo, y la necesaria intervención de los estados que se ha producido para evitar el colapso de entidades financieras, han generado innumerables titulares que anunciaban el fin del capitalismo y la evidencia de que el mercado necesita de una regulación. Parecía, a ojos de todo el mundo, que el capitalismo flaqueaba, e incluso algunos veían ya el colapso del sistema y el inevitable devenir de un orden nuevo que solucionase las contradicciones del libre mercado.

El tiempo, a mi juicio, ha demostrado justo lo contrario. No estamos ante una crisis del capitalismo, sino ante una crisis generada por el propio sistema para reforzarse. Algo ya teorizado por Marx y otros filósofos, que señalaban, acertadamente, que el sistema capitalista genera crisis cíclicas que le permiten abaratar los costes de producción, aumentar el “ejército industrial de reserva” (paro) para bajar los salarios y reanudar así, en una situación más ventajosa, la actividad mercantil.

Marx preveía, con más deseo que otra cosa, que estas crisis acumulasen contradicciones que terminasen por provocar la caída del sistema y la llegada de un nuevo orden mundial, el socialismo. Sin embargo la realidad demuestra que sí ha acertado con la predicción de las crisis, pero no con la consecuencia final. Las crisis refuerzan el capitalismo, no lo debilitan.


Es importante entender que esta crisis a quien afecta, desde un punto de vista global, no es a los bancos, o a las empresas, aunque varias de ellas y determinadas entidades financieras se queden en el camino. A quien realmente afecta la crisis es a los trabajadores y trabajadoras, que ven recortados sus derechos para, en teoría, salvar el sistema que les da de comer. Este error de enfoque está provocando que las ayudas se dirijan hacia quienes no las necesitan (los bancos), pues no son los afectados por la crisis, sino los beneficiados.

Así, mientras se ponen encima de la mesa debates sobre las pensiones o la reforma laboral, el Banco de Santander gana casi 9.000 millones de euros en 2009.

Miremos con un poco más de perspectiva, el sistema no está en peligro, son los derechos laborales y sociales, en definitiva el estado del bienestar lo que nos estamos jugando. No caigamos en la trampa que nos ha puesto el sistema financiero haciéndonos creer que es a ellos a los que hay que salvar, si destinamos los recursos públicos a rescatar bancos en lugar de a consolidar derechos, le estaremos haciendo el juego a lo más inhumano del sistema en el que vivimos.

lunes, 4 de enero de 2010

Izquierda Independiente cumple 10 años

10 años pasan rápido… ¿o no? … Porque cuando empiezas a desgranar cada mandato, cada año, cada campaña electoral, uno se da cuenta de todo lo que han dado de sí esta década, y de todo lo que Izquierda Independiente ha hecho en este tiempo.

Nuestra carta de presentación fue la honestidad y de ahí no nos movemos, en esto no hemos cambiado. Decidimos dar el paso y participar en política para ser herramientas útiles en la transformación de nuestra ciudad. Queríamos que Sanse fuese un espacio más humano, más justo, más abierto y plural (nuestros principios). El tiempo, el apoyo de la ciudadanía y el trabajo realizado nos permite, 10 años después, poner encima de la mesa muchas otras cartas de presentación, una por cada logro conseguido para nuestro pueblo, y no son pocos.

¿Que han podido ser más?, seguramente, ¿Qué no hemos hecho todo lo que nos gustaría? Por supuesto, ¿Qué queda mucho por hacer? El día que nos volvamos conformistas ya no seremos Izquierda Independiente. Pero creo que tenemos motivos para sentirnos orgullosos de nuestro legado, y por lo tanto esperanzados por todo lo que todavía haremos en el futuro.

Nacimos para mejorar Sanse, para cambiar la forma de hacer política, y hemos podido hacerlo gracias a que, elección tras elección, los vecinos y vecinas han querido que fuésemos una fuerza determinante, a pesar de que siempre había algún agorero que predecía nuestra desaparición… se equivocaban, y se van a seguir equivocando.

Y es que la gente que nos ha pedido que sigamos adelante no han sido 2, ni 3, son miles de personas las que, después de 10 años, siguen apreciando nuestro trabajo, y siguen pensando que los valores que representa Izquierda Independiente deben seguir presentes en la política. Miles de personas que saben diferenciar nuestro mensaje y valorarlo por delante de los que aparecen todos los días en los medios de comunicación, donde prácticamente solo hay cabida para dos partidos.

En estos años hemos hecho muchas cosas. Cada decisión tomada cuando estábamos en el gobierno, ha contribuido a que San Sebastián de los Reyes llegue a ser lo que es ahora. ¿Y qué hemos hecho en la oposición? Pues exactamente lo mismo. Tratar de contribuir a mejorar nuestro municipio, ya sea proponiendo mejoras… poco escuchadas, hay que decir, o denunciando las malas artes del gobierno del PP. Lo estamos haciendo con la misma fuerza con la que gobernábamos, porque la fuerza de Izquierda Independiente no proviene del poder que pueda ostentar, el poder institucional es sólo una herramienta con la que mejorar Sanse, pero la fuerza a nuestro partido se la da las bases que lo forman, la gente que lo construye día a día, representándolo en los consejos sectoriales, en las plataformas vecinales, en las áreas, definiendo las políticas, editando la revista, pegando carteles… Somos mucho más que un grupo municipal, somos un movimiento político, al que si se le quita una herramienta (el poder institucional) busca otras para lograr su objetivo. Por eso hemos reforzado nuestras actividades reivindicativas, nuestras plantaciones de encinas, los actos culturales o políticos como los del día de la mujer, las presentaciones de libros, los encuentros ciudadanos o actos como los de celebración del X Aniversario.

Porque nuestros actos no los organizan empresas con nombres en inglés, como special events o orange market , aquí todo está hecho con las manos voluntarias de muchos amigos y amigas, afiliados y afiliadas que por nada a cambio, trabajan por Izquierda Independiente.

Por eso Izquierda Independiente no es un partido que se aletargue cuando pierde unas elecciones, no es nuestro estilo, nuestro estilo es trabajar día a día, estemos donde estemos. Nuestro estilo no es prometer estar “al lado” de la gente, sino ser parte inseparable de ella, nuestro estilo es escuchar antes de hablar y revisar lo que decimos. Y sobretodo buscar, buscar como implicar a las personas que trabajan, viven y sueñan San Sebastián de los Reyes. Que participan en este proceso de creación permanente que contribuye al desarrollo de la ciudad que todos queremos.

Probablemente, y a la vista de lo que han supuesto estos dos años y medio de gobierno popular, con toda seguridad, lo más importante de todo lo que ha hecho Izquierda Independiente en estos 10 años ha sido pararle los pies a la derecha en Sanse. Si Izquierda Independiente no hubiese recuperado la ilusión de mucha gente desencantada con la política, tal vez el PP hubiese entrado antes en el gobierno de este pueblo.

Lo conseguimos en 1999 y en 2003, y en 2007 ya no pudo ser. Pero estoy convencido de que en 2011 Izquierda Independiente volverá a ser determinante para que en Sanse gobierne de nuevo la Izquierda.

De hecho ya estamos siendo la principal fuerza de oposición. En estos dos años y medio han sido cientos las notas de prensa denunciando las malas formas del PP, su talante antidemocrático, su incapacidad en la gestión y su parcialidad en las decisiones, beneficiando a los suyos y perjudicando a la mayoría.

Luego dicen que todos los políticos son iguales, con poco que uno se fije y compare, creo que descubrirá enseguida que NO somos todos iguales, y no es una cuestión de personas, también es algo que tiene que ver con las ideas y con los ideales.

¿Y ahora? En Izquierda Independiente trabajamos para recuperar el futuro de Sanse. “Futuro”, una palabra que tiene secuestrada el Alcalde y que suelta mecánicamente en sus intervenciones, pero ¿qué futuro está creando el PP? ¿Qué futuro intenta vendernos? Para la Agenda 21, retrasan las promociones de vivienda protegida, cierra Canal Norte, cierra La Caja Blanca, impone los parquímetros, arruina el Ayuntamiento, ¿y luego nos vende el futuro? Deberían ponerse a trabajar un poquito en el presente y dejar de vendernos humo con un futuro que cada día da más miedo.

El único futuro posible para Sanse pasa por que la Izquierda recupere el gobierno, y la única manera que tiene la Izquierda de recuperar el gobierno pasa por una Izquierda Independiente fuerte, trabajando día a día y codo con codo con los movimientos sociales, las asociaciones, los sindicatos, y todos los que creemos firmemente que Sanse se merece algo mejor, que los valores de honestidad, compromiso y cercanía que fundaron Izquierda Independiente siguen siendo válidos y necesarios en este pueblo.

Lo demostramos en el pasado, y lo volveremos a hacer en el futuro. Ese es el compromiso y el empeño de la gente de Izquierda Independiente, ese es nuestro reto, seguir trabajando en el presente para recuperar el futuro. Animo a todas las personas progresistas a dar un paso adelante e incorporarse al reforzamiento y la unidad de acción de la izquierda. Estoy convencido de que entre todos y todas, y con la ayuda de las miles de personas que comparten este sueño, juntos lo conseguiremos.