lunes, 22 de febrero de 2010

¿Crisis del Capitalismo?

La crisis económica que estamos sufriendo, y la necesaria intervención de los estados que se ha producido para evitar el colapso de entidades financieras, han generado innumerables titulares que anunciaban el fin del capitalismo y la evidencia de que el mercado necesita de una regulación. Parecía, a ojos de todo el mundo, que el capitalismo flaqueaba, e incluso algunos veían ya el colapso del sistema y el inevitable devenir de un orden nuevo que solucionase las contradicciones del libre mercado.

El tiempo, a mi juicio, ha demostrado justo lo contrario. No estamos ante una crisis del capitalismo, sino ante una crisis generada por el propio sistema para reforzarse. Algo ya teorizado por Marx y otros filósofos, que señalaban, acertadamente, que el sistema capitalista genera crisis cíclicas que le permiten abaratar los costes de producción, aumentar el “ejército industrial de reserva” (paro) para bajar los salarios y reanudar así, en una situación más ventajosa, la actividad mercantil.

Marx preveía, con más deseo que otra cosa, que estas crisis acumulasen contradicciones que terminasen por provocar la caída del sistema y la llegada de un nuevo orden mundial, el socialismo. Sin embargo la realidad demuestra que sí ha acertado con la predicción de las crisis, pero no con la consecuencia final. Las crisis refuerzan el capitalismo, no lo debilitan.


Es importante entender que esta crisis a quien afecta, desde un punto de vista global, no es a los bancos, o a las empresas, aunque varias de ellas y determinadas entidades financieras se queden en el camino. A quien realmente afecta la crisis es a los trabajadores y trabajadoras, que ven recortados sus derechos para, en teoría, salvar el sistema que les da de comer. Este error de enfoque está provocando que las ayudas se dirijan hacia quienes no las necesitan (los bancos), pues no son los afectados por la crisis, sino los beneficiados.

Así, mientras se ponen encima de la mesa debates sobre las pensiones o la reforma laboral, el Banco de Santander gana casi 9.000 millones de euros en 2009.

Miremos con un poco más de perspectiva, el sistema no está en peligro, son los derechos laborales y sociales, en definitiva el estado del bienestar lo que nos estamos jugando. No caigamos en la trampa que nos ha puesto el sistema financiero haciéndonos creer que es a ellos a los que hay que salvar, si destinamos los recursos públicos a rescatar bancos en lugar de a consolidar derechos, le estaremos haciendo el juego a lo más inhumano del sistema en el que vivimos.

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